domingo, 3 de octubre de 2010

Mi relajación

La playa, la arena del mar quema pero ni te das cuenta. Tu toalla es tan amplia que cabrían dos personas. Cuando te estás durmiendo, sorprendentemente sin sudar, ves que te elevas. ¡Te están transportando como en una alfombra voladora! Pero vas lenta, lenta, lenta, por encima de la bahía. De vez en cuando te bajan a la orilla; de vez en cuando te suben a las rocas... que no tocas.

¡Qué pasa!: te echan fuera de la toalla. ¡Ahhh, pero caes en otra que está más abajo! Y caes lentamente, sin darte cuenta, y sientes el aire, y sientes el nuevo olor, porque ahora resulta que cada toalla tiene su olor. El de ésta es a crema bronceadora de zanahoria.
Y así toda la mañana, de toalla en toalla, de toalla en toalla, volando y cayendo. Ja.

¿Qué harás esta tarde? Yo iré a "Bambú for you", a escribir teorías sobre quién me transportaba en el aire.